La Galerna
·29 January 2025
In partnership with
Yahoo sportsLa Galerna
·29 January 2025
El Real Madrid goleó a domicilio al Brest, pese a lo cual no evitó la ronda extra. En ella se enfrentará a Celtic o City en función del sorteo. Se echan mucho en falta en una noche como la de hoy los puntos de, por ejemplo, el Lille.
El extraño nuevo formato de la competición planteaba una serie de disyuntivas raras. Interesaba quedar lo más alto posible por la improbable opción de ahorrarse una ronda, aunque también por garantizarse una vuelta en casa. Había que ganar.
Ancelotti ensayó un once que encolerizó —más si cabe de lo habitual— a X Madrid, sobre todo por la ausencia de Ceballos y Asencio y la nueva presencia de Tchouaméni como central. No lo veían claro, y menos claro lo vieron aún los espectadores en sus casas según comenzó el partido, por mor de las bengalas de los hinchas franceses. Pensábamos que estas cosas estaban prohibidas en Europa, pero luego nos acordamos del Frente Atlético y se nos agotó la ingenuidad.
En medio de ese ambiente “metropolitano”, Thibaut tuvo que emplearse en un buen lanzamiento de falta de Pereira. Corría el minuto de Juanito y en el partido, de momento, había más ruido (y niebla) que nueces. El ruido se recrudecía cada vez que tocaba el balón Mbappé, a quien al parecer esta gente odia por motivos que se nos escapan.
El Madrid mostraba cierta compostura y poco o a poco iba ganando metros. Mbappé disparó fuera. Bellingham comenzó a impartir magisterio, y también Modric que volvió a habilitar a Kylian para que la mandara fuera, seguramente por el mal estado del césped. Xavi Hernández abandona en este momento el párrafo y la crónica para no volver.
Pese al creciente dominio blanco, los jugadores del Brest propiciaban alguna inquietud con su juego aguerrido y algo primitivo. Se echaba de menos más compromiso defensivo del ataque en algunos momentos. El público francés, entregadísimo, llevaba en volandas a los locales, si bien sin crear peligro.
Sí lo creó el Madrid con un cabezazo de Rodrygo a centro de Lucas Vázquez. La pudo salvar Bizot, pero nada pudo hacer en la jugada siguiente, la quintaesencia de Rodrygo. Se internó por la izquierda con la suavidad que le caracteriza y un quiebro prodigioso. El disparo cruzado tocó en el palo y entró, premiando un primer tercio muy serio de los blancos.
El campo era un desastre, pero ya habíamos expulsado a Xavi de este texto. El Madrid buscaba los espacios con Mbappé, Rodrygo y Bellingham, mientras Brahim se aplicaba más en tareas defensivas. El Madrid asentaba su control del partido, con muy buenas combinaciones y un Rodrygo estratosférico. Ello no era óbice para que el Brest se acercara alguna vez con peligro colgando balones. Baldé inquietó con una volea que se fue alta. Un equipo con más calidad habría creado más peligro. Sendas tarjetas para nuestros dos centrales sembraban incertidumbre. Malísimo, por cierto, el colegiado, hasta el punto de arruinar un buen ataque del Madrid por su mala colocación.
Y con el 0-1 se llegaba al descanso de un partido hasta el momento notable de los de Ancelotti.
El Real Madrid goleó a domicilio al Brest, pese a lo cual no evitó la ronda extra. En ella se enfrentará a Celtic o City en función del sorteo
Se inauguró el segundo tiempo con un contragolpe mortal del Madrid, con bicicleta de Kylian y remate letal que paró Bizot y que Bellingham, incomprensiblemente, no embocó. Seguía la presión racial del Brest, a resultas de la cual marcaron un gol, anulado con justicia por fuera de juego. Envidiable la rapidez con la que se resuelven estos engorros en la Champions, en comparación a la cochambrosa liga de Tebas.
En un balón robado en uno de los furiosos ataques franceses, el Madrid montó un contragolpe sensacional. Mbappé dejó pasar mágicamente el balón, Jude maniobró, Luka se internó y sirvió el balón en bandeja para el tap-in del inglés. 0-2. Había quien hacía cábalas en pos del Top8. Quedaba media hora de este y de otros diecisiete partidos donde no entender nada. Otro paradón de Courtois nos recordó que podían aún pasar muchas cosas. El partido estaba para que entrara Ceballos para relajar un poco el juego, incluso aunque Rodrygo estuviera a punto de anotar el gol del siglo con un eslalon marca de la casa.
La proverbial resistencia de Ancelotti a los cambios hacía temer que, llevado el partido al terreno de lo físico, pasáramos dificultades. Finalmente quitó a un Brahim desfondado y metió en el campo a Güler.
En todo caso, la sentencia definitiva estaba a punto de llegar. Para rematar una de sus mejores noches de blanco, Rodrygo remachó el rechace de Bizot a Mbappé, tras un vertiginoso desmarque del francés. El propio Mbappé desperdiciaría al final dos grandes ocasiones para una goleada mayor.
Getty Images.