Opinión | Las claves de un «fracaso anunciado» del Real Madrid | OneFootball

El Real Madrid quedó eliminado de la Champions League a manos del Arsenal FC, en una eliminatoria que dejó al conjunto blanco completamente desbordado

El 1-2 en el Bernabéu (global de 1-5) ha sacado a relucir varias carencias estructurales que el Real Madrid ha venido arrastrando toda la temporada, y que ahora, tras el golpe europeo, se hacen imposibles de ignorar.

Falta de planificación defensiva

Uno de los grandes errores fue no haber reaccionado en el mercado para cubrir la ausencia prolongada de Dani Carvajal, la grave lesión de Éder Militão y, en su momento, la baja de David Alaba. La zaga blanca ha funcionado a trompicones durante toda la campaña, dependiendo de parches como un canterano como Asencio o incluso Tchouaméni como central. Sin un recambio fiable para el lateral derecho ni un central dominante que impusiera jerarquía, el Madrid ha terminado pagando su fragilidad defensiva.

Ausencia de un ‘9’ puro

Con la salida de Joselu, el Madrid se quedó sin un delantero centro clásico, un referente de área que remate todo lo que le caiga. Aunque el equipo ha generado ocasiones, le ha faltado ese jugador que viva en el área, que imponga respeto y castigue cualquier descuido rival. Ni Vinicius, ni Rodrygo, ni Mbappé, más extremos o segundos puntas, han podido ocupar ese rol. La falta de un «killer» ha sido decisiva.

Un centro del campo sin brújula

El Real Madrid también ha cambiado parte de su identidad futbolística. El adiós de Toni Kroos y la menor participación de Luka Modric han dejado un centro del campo con menos pausa, menos visión de juego y más físico. Camavinga, Tchouaméni y Valverde aportan intensidad y recorrido, pero no tienen esa capacidad organizativa ni el temple para dominar partidos de alto nivel. El equipo ha perdido cerebro a cambio de potencia, y eso ha quedado muy expuesto ante un Arsenal que supo mover el balón y castigar con precisión.

La eliminación no solo duele por el resultado, sino por la sensación de que el Madrid se ha traicionado a sí mismo. Su grandeza siempre ha estado sustentada en el equilibrio entre jerarquía, talento y ambición. Hoy, tras esta decepción, queda claro que hace falta reconstrucción, y que varios errores de planificación han condenado una temporada que prometía mucho más.