Camavinga, el rostro de la desesperación del Madrid en Londres | OneFootball

El Real Madrid vivió una de sus noches más grises en Champions League tras caer de manera contundente 3-0 ante el Arsenal en el Emirates Stadium. Más allá del resultado, el equipo de Carlo Ancelotti ofreció una imagen desdibujada, sin rumbo y sin capacidad de respuesta. Y en medio del caos, hubo un gesto que simbolizó la frustración de todo el conjunto blanco: la expulsión de Eduardo Camavinga.

El mediocampista francés, titular en el centro del campo, fue de más a menos en un partido que terminó saliéndosele de las manos. Luego de un primer tiempo correcto, su actuación se fue empañando con el paso de los minutos. En el 68’, vio la primera amarilla por una entrada al límite. Sabiendo que con esa tarjeta ya quedaba automáticamente suspendido para la vuelta, Camavinga decidió arriesgar aún más… y lo pagó caro.

En el tiempo añadido, tras una falta a favor del Arsenal, el francés cometió un error infantil: lanzó el balón lejos de la jugada, en un claro gesto de impotencia. El árbitro no dudó en mostrarle la segunda amarilla y mandarlo al vestuario, sellando su expulsión de manera innecesaria y generando un aluvión de críticas por parte de la afición merengue.

Para muchos madridistas, la acción del francés resume perfectamente el estado anímico del equipo: superados, sin respuestas futbolísticas y desbordados emocionalmente. Camavinga, normalmente uno de los más sólidos en el mediocampo, terminó convirtiéndose en el símbolo de un Madrid desesperado y sin control.

Su ausencia para la vuelta será una baja importante, pero más allá de lo deportivo, lo que deja la derrota en Londres es una sensación alarmante: el Real Madrid no solo perdió el partido, también perdió la compostura.