La grandeza de Racing se construye día a día, no sólo en la Copa | OneFootball

¿Por qué Racing tiene que rendirse y bajarse tan rápido de un mediocre Torneo Apertura? ¿Dónde quedó ese Racing voraz, puro corazón, que iba siempre por más? ¿Dónde está el alma, muchachos? La de todos. Jugadores, técnico y dirigentes. ¿Estamos realmente yendo a más o están mostrando la bandera blanca demasiado temprano? Van apenas casi cuatro meses del 2025 y más allá de la Recopa -envión final del gran 2024-, todos fueron pasos hacia atrás. Hay mucho menos plantel (prácticamente no hay recambio), muchos titulares están a disgusto por temas económicos y el salto de calidad por ahora no llegó. Hay mucho silencio y pocas respuestas. O nulas, directamente.

Racing no puede volver al conformismo ni a la mediocridad

¿Dónde quedó el Gustavo Costas que le exigía a los hinchas de Racing que lo exijan? Ahora se oyen críticas por no festejar demasiado o no llenar el Cilindro contra Huracán. También respuestas agresivas, como si un periodista fuera el culpable de la sucesión de errores que se vienen cometiendo en el club. El técnico se enojó cuando le preguntaron sobre el desafío por ahora incumplido de entrar entre los 8: "Y dale con los ocho... Venimos de hacer tantas cosas hermosas. Le dimos a Racing un título en la Sudamericana después de 36 años y después la Recopa. Desde el 67 que no pasaba esto. ¿A vos te parece? Seguro que nos va a doler... A nosotros nos duele más que a nadie. Pero peor sería perder la Libertadores". ¿No es momento de soltar? Por el bien de Racing. Haber ganado la Sudamericana (agradecimiento toda la vida) no da lugar a estar pasando papelones en la liga local. Porque nos bajamos la vara solos. Volvemos a donde no queremos volver. Al conformismo. A la mediocridad.

La grandeza se escribe día a día y se consuma con grandes gestas

Tomemos como ejemplo a la Selección Argentina y Scaloni. Mirá si se hubieran conformado con ganar una Copa América en Brasil y ver así de feliz a Messi. Pero fueron por todo. Finalissima, Copa del Mundo, otra Copa América. Cada partido insignificante lo fueron pasando. La grandeza, la historia, se escribe día a día y se consuma con grandes gestas. Pero se construyen con pequeños pasos. Con ser competitivo en el Torneo Apertura, con avanzar en la Copa Argentina. No todo debe ni puede ser la Copa Libertadores para Racing. Hay que seguir construyendo. Con herramientas y materia prima, que la conducción de Milito por ahora las escasea.

La Academia volvió a perder.

Hoy el "salto de calidad" prometido no hace pensar en la Copa Libertadores como una opción tan al alcance de la mano para sólo pensar en ella. Es el deseo enorme. El de todos. Es fútbol y nunca se sabe, pero el margen de error no se achicó, más bien todo lo contrario. El banco de suplentes de la noche mendocina lo deja en evidencia. Fue digno de épocas pobres. Costas, al que le cuesta meter mano, encima no tenía a quién poner de la pobreza que había en el banco de Racing. La vara quedó muy alta, pero no la bajemos con nuestras propias manos.