La sorprendente doble vida del Madrid con las tarjetas | OneFootball

Su comportamiento cambia según el escenario y los números lo dejan claro. Mientras en España apenas lo tocan, en Europa le castigan

En el Real Madrid conviven dos versiones muy distintas. Una se muestra disciplinada y apenas protesta. La otra es mucho más caliente, tensionada y propensa al roce. Y no, no se trata de actitudes personales o estados de ánimo. Son los datos los que certifican que el conjunto blanco vive una especie de doble vida en función de la competición.

En LaLiga, los de Carlo Ancelotti son los que menos tarjetas han recibido en toda la temporada. Apenas acumulan 49 amonestaciones tras 30 jornadas: 46 amarillas y 3 rojas (una por doble amarilla y otra directa). Es decir, una media de 1,63 por partido. Unas cifras extremadamente bajas que contrastan con lo que ocurre cuando suena el himno de la UEFA.

En la Champions League, el Real Madrid lidera la clasificación de los equipos más sancionados. En solo ocho encuentros, ha visto 30 tarjetas amarillas, con una media de más de 2,5 por partido. Una diferencia notable que evidencia un cambio de patrón arbitral… o de actitud.

Uno de los casos más llamativos es el de Vinicius Jr.que ha sido amonestado hasta 14 veces en LaLiga (1 roja), la mayoría por protestar. En Europa, pese a su carácter eléctrico, ha logrado contenerse más: solo ha recibido una tarjeta amarilla, y fue por una acción de juego.

El problema de las tarjetas en Europa también llega al banquillo, Ancelotti es uno de los apercibidos por amarillas. Si ve una cartulina en la ida ante el Arsenal, se perdería la vuelta en el Bernabéu.

Recordemos que hasta 6 jugadores blancos están apercibidos y del ver otra amarilla se perderían el partido de vuelta frente al Arsenal en el Bernabéu (Rüdiger, Tchouameni, Camavinga, Modric y Endrick y Militao)

El contraste deja en evidencia la distinta vara de medir entre competiciones y plantea interrogantes de cara a los tramos decisivos. ¿Se está beneficiando el Real Madrid en el torneo doméstico? ¿O simplemente se adapta mejor a las exigencias de cada escenario?

Lo que está claro es que, a estas alturas de temporada, la estadística no engaña: un equipo, dos caras.